Editorial

Entre brujas, cowboys y gauchos

Desde la época de los westerns hasta hoy con las brujes, el negocio manda. Por Raúl Oscar Finucci

He leído en las redes y escuchado en algunas radios, la bronca que hay por la celebración de Halloween en la Argentina.
Puedo simplificarlo; debería haber ocurrido lo mismo cuando comenzaron a proliferar las películas de cowboys a partir de 1940, ante la falta de películas dedicadas al gaucho. Miles, contra “Pampa Bárbara”, “La Guerra Gaucha”, “El último perro” y algunas pocas más.
Acaso la proliferación de los centros tradicionalistas en la provincia de Buenos Aires haya sido una respuesta, como lo fue a la gran inmigración, que comenzaba a cambiar sus costumbres, sus comidas y su idioma.
Los EEUU desparramaron una ingente cantidad de películas de western de toda calidad, colonizando así culturalmente a millones de chicos (entre ellos yo), jóvenes y adultos que disfrutábamos de las aventuras del Cisco Kid; El Llanero Solitario; El Gran Chaparral; Bonanza; el Hombre del Rifle y tantos otros héroes que nos mostraban un mundo de caballos, indios, batallas, duelos y hermosos paisajes. Todo lo que teníamos nosotros también, solo que ellos tuvieron la capacidad, técnica, el dinero y la idea de divulgar su cultura a través de la “Pantalla Grande” y la televisión, para que comencemos de niños, a desear “El sueño americano”. ¿Cómo competir?
Tenemos en el gaucho un personaje similar al cowboy. De a caballo, que combatió a la indiada, que le tocó enfrentar las luchas internas y defender su independencia y cuyo origen, sin dudas, como el de sus cabalgaduras, es español.
¿Entonces porqué su historia se expandió por todo el mundo?, por el mismo motivo que se está expandiendo Halloween; porque es una industria, entretiene y divierte.
Los EEUU lo hicieron con el cowboy, que es suyo, y desde hace años con la “Víspera de todos los santos” (All Hallow´s Eve) Halloween, festividad de origen europeo, más exactamente escocés, que se celebra el 31 de octubre, y cada vez más. Nuevamente ponen dinero, ingenio y técnica comercial, al servicio de un enorme negocio; el del cine por citar uno inmenso.
Sigámonos ocupando de lo nuestro, de divulgar y estudiar nuestra Tradición Gaucha, su historia, sus valores, sus usos y costumbres. Hay muchísima bibliografía editada en los últimos 25 años, referida al gaucho; libros de viajeros; “la gauchesca” del siglo XIX; cuentos; historia real, etc.  
No podemos imponer nuestro acervo cultural al mundo entero, no tenemos como, nuestro producto es otro y no tenemos semejante industria. Tampoco nos hagamos a la idea de que debemos “defender la tradición”, nadie la ataca, y menos los miles de niños disfrazados pidiendo caramelos, o los que aún disfrutamos de alguna película del Oeste que las plataformas de cine o Youtube nos ofrecen.

No perdamos el tiempo, el enemigo, como siempre, está adentro.

Fuente: Imagen: adiosgringo.com

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