
Por qué "El Tábano"
En tren de develar cuestiones diversas, hoy toca develar quién era "El Tábano" y porqué el nombre de quién ostentaba ese seudónimo.
Muchas veces se me ha dicho, incluso recomendado, que no me meta en ciertos temas, cuando escribo o hago algún comentario en mi programa de radio.
Y no me refiero a la política, porque apenas he soslayado opinión, muy pocas veces, y si se trata de temas que afectan nuestra cultura vernácula.
En tren de revelaciones (recordar mi anterior editorial titulada “Mis razones”), debo decir que algunos problemas me ha traído un colaborador que escribía en la edición papel de EL TRADICIONAL y muchos me lo recuerdan, en su mayoría con afecto; “El Tábano” seudónimo que utilizaba un tal Oscar Lura.
Ese tal Lura era yo. Hasta hubo quien me pidiera le dijese donde encontarlo “porque lo quiero cagar (sic) a trompadas”. Y es que por eso tomé el seudónimo de “El Tábano”, cuando recordé que en la tapa del diario Crítica de Natalio Botana, publicado entre 1913 y 1962 (48 años), se leía junto al título, una frase adjudicada a Sócrates que dice: “Dios me puso sobre vuestra ciudad como a un tábano sobre un noble caballo, para picarlo y tenerlo despierto”, aunque puede ser que estuviera algo acortada.
Y esa era la idea, escribir sobre temas que nadie toca por no discutir. Y usted lector pensará: ¿Y por qué no firmaba con su nombre y apellido?, bien, debe usted pensar que muchas veces debía opinar sobre cuestiones que tenían que ver con amigos o gente muy conocida mía, y no hubiese podido opinar, si eso me hubiera generado un problema que se podía evitar.
Los enojos, desde ya, me indicaban que muy errado no estaba el amigo Lura.
¿De dónde salió el falso nombre?, de la lectura de varios libros sobre el ex presidente Raúl Ricardo Alfonsín, quien en su juventud escribió artículos políticos de alto voltaje poniendo en peligro su vida, por lo cual adoptó en seudónimo Alfonso Garrido Lura, siendo Lura “Raúl”, Garrido “Ricardo” y Alfonso “Alfonsín”. La cuenta es fácil, me llamo Raúl Oscar, ergo: Oscar Lura.
Quisiera poder volver a escribir esa columna que tanto me gustaba y tanto le gustó a muchos. No por criticar a amigos, porque no siempre se trató de ellos, pero si por lo filoso de algunos comentarios, aunque para eso necesitaría que queden afuera las susceptibilidades y los egos de algunos, incluso de instituciones, que ante sus errores, son incapaces de tolerar la crítica.